Presente

Sé que me había dedicado la mayor parte del tiempo a hablar del pasado, a vivir en él, a ser nostalgia... Es que es un bello estado, porque puedes mantenerte en los buenos recuerdos de tiempos donde la vida sonreía y conocías una felicidad sin tropiezos. Ahora las cosas son distintas. Ahora, hoy, en este instante.


Me cuesta un poco de trabajo escribir en presente sin hablar del pasado ni soñar en futuro, sin embargo viene siendo de un tiempo para acá que no me cuesta vivir así y para mi es un logro digno de presumirse, a mí que vivía entre fantasmas, en un sótano lleno de tormentos y que todo el tiempo tuvo la puerta abierta al mundo en el que anhelaba vivir. Pero como no sé escribir muy bien en presente escribiré en pasado, supongo que algún día, de tanto vivir en presente aprenderé a escribir en él. O no, no sé, que mis pasos lo digan.

Y es que de las cosas que tiene el presente es que nacen nuevas anécdotas y con ellas otros "yo" que no conocía y que me alegra ser. Vienen bailando nuevos sentimientos y sacan a bailar a algunos que ya se sentían la fea del baile por no tener razón de ser en el son pasado, pero esta canción llamada presente no se puede dejar pasar, no deja de sonar. La bella melodía de la vida, con sabor a todo.

No sé cómo describir el proceso de pasar de ser un fantasma a ser de carne y hueso, a lo hermoso de poder ver por la ventana de una habitación que sientes tuya, observar el cielo nublado y sentir esa satisfacción de tener vida para disfrutar de ese día, así como te gustan, nublados, frescos, silenciosos, sin temor a estar solo con uno mismo porque has dejado de ser ese fantasma quejica y te has convertido en eso que tanto admirabas, un humano.

Es curioso eso de ser humano, se llora más, se ríe más y, en mi caso, se piensa menos. Desarrollas una habilidad para observar el medio, te sientes indefenso en el universo de sentimientos que aún no aprendes a procesar y que crece cada día más dentro de ti. A veces me lleno tanto de alguno que se derrama por mis mejillas, debo aprender a controlarlos.

La verdad es que siempre he sido un poco dramática (bueno, MUY dramática), dicen por ahí que es mi escuela, pero como nunca he sido muy creyente de que esas cosas se hereden (por aquello de no justificarme los malos hábitos). Mejor mantengo mi pensamiento relajado y dejo la vida fluir, suave, sin prisa, sólo andando en este mundo para cumplir con mis propósitos, fijarme nuevas metas y llenarme de placeres, pequeños, grandes, como se me presenten cada día. 

Y entre todo ese proceso... Vivir.

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