A mi madre:

La vida es extraña, ¿sabes?

Creo que en eso radica su belleza, una belleza como la tuya, sencilla como la suave brisa matutina después de una noche de tormenta pero firme como la mirada de un niño al observar algo que ha llamado su atención, una belleza distinta a la mía, distinta a mi mundo gris, pero capaz de ser en él todo lo que desee, tan capaz que sobrevive al frío de mis abismos, al veneno de mi inmadurez, a la niebla de mis fantasmas... que sobrevive a mí.

Me alimento de ti tanto como puedo y aunque sólo deje migajas tuyas vuelves a construirte con una rapidez que sólo me hace más adicta a tu existencia, a vivirte y que seas sólo para mí. Te adoro hasta un punto detestable, que al encontrar tus pasos lejos de mi camino enciendo todo monumento que haya construido a tu nombre para que corras de vuelta con ese miedo del que no sabes escapar y aunque al llegar sólo alimentes ese fuego con coraje (un coraje del que también me encanto) es por mucho preferible limpiar las cenizas a tu lado y escuchar tu reproche que andar por un mundo sin tu compleja sencillez.

Es por esas vivencias tuyas que no he sido seducida por completo de mi locura, esas ventanas que construyes muestran una realidad que me agradaría conocer, un mundo de colores deslumbrantes donde la sorpresa visitaría mi ventana y yo sería capaz de controlar mis propios impulsos. 

Siempre defensora de mis sueños, tus brazos son la calma que vuelve cálida marea los fríos remolinos de mi tormentoso océano nocturno.

Y a pesar de nuestro curioso arte de hacernos daño, el amor nos une en una relación que va más allá de la sangre.

Te quiero.

Comentarios

Santiago R. ha dicho que…
vamos, de nuevo me cuesta un trabajo espantoso decidir lo que he de comentar.

Pocas personas he visto que sepan manejar el antítesis de manera tan estética, y con avanzada reslución. Podría ensamblar una crítica entera sobre asuntos técnicos como recursos, figuras, vocabulario y varios otros detalles de la forma; pero personalmente considero que la forma es perpetuamente intrascendente en la literatura, donde la verdadera relevancia se encuentra en el fondo.

Impresionante, de nuevo.

Saludos
Anónimo ha dicho que…
El amor se vuelve una ilusión y fantasía en el corazón de las personas que leen entre estas letras estamos y nos desvelamos buscando tanto amor.