Ausencia

Tengo que admitir que la distancia no es cualquier cosa.

Sí, la distancia duele.

Los besos faltan y los abrazos se piensan, la imaginación comienza a volverse tu mejor aliada en una vida en que las ausencias acompañan el diario.

Decisiones como trabajar comienzan a dejar de ser tan atractivas, y no por el hecho del tedio o fatiga, sino por encontrarte con un sin número de parejas, amigos y familias que sonríen a realidades que para ti aún son lejanas.

Es ahí cuando inevitablemente llega la retórica pregunta: ¿por qué no se me conceden sus besos, sus abrazos... su presencia?

Lo necesito.

Sin embargo hay algo que quiero aclarar, él me hace feliz, aún después de que en ocasiones la soledad juegue a golpearme el ánimo, soy feliz.

Puedo presumirlo, gritarlo, escribirlo, dibujarlo, sentirlo... sí, lo siento.

No obstante, la naturaleza humana (esa sentimental que se multiplica en infinitos cuando se está enamorado) comienza a hacer sus exigencias.

Podría pensarse que el sentido de esto es negativo, incluso que me molesta el dolor que ocasiona la distancia. ¡Para nada! Sólo hace aún más evidente uno de los grandes hechos en mi vida.

Estoy enamorada.

Comentarios

monzee ha dicho que…
estas enamorada ♥ es normal en chicas como tu, como yo, como nosotras, disfruta tu amor :) de todo corazon amiga!